Te escribo desde la furgo.
Tengo tantas ganas de salir con ella…
Es mi casa. Mi refugio. Mi salida de emergencia sin que nadie me vea.
Lo único que me pertenece y es mío.
Fue mi motivación cuando empecé a emprender. Una meta que conseguí 2 años después de empezar a vender servicios por internet.
Ahora lo veo como algo muy lejano. Por supuesto que no me quedé ahí y quise más. Siempre quiero más.
Ahora mismo está tocando mi colega una de esas canciones que te hacen tener ganas de escribir. Y recordarme que tengo mucha suerte.
Pero a pesar de que soy consciente de toda la abundancia que me rodea, también siento la ansiedad en la boca de mi estómago.
Lo analizo y tengo todo lo que debería tener: salud, buenos amigos, familia que me quiere, abundancia económica, flexibilidad en el trabajo…
Pero mi mente ha decidido venir a saludarme más veces de lo necesario.
Desde el viernes pasado que me quedé tirada con la furgoneta y tuve un problema mecánico que me tiene bastante preocupada, estoy agobiada. Intranquila. En alerta.
Intento relajarme y disfrutar de estos días escalando con buen tiempo.
Pero no es fácil de controlar. Tampoco debería intentar controlarlo.
Seguramente estás leyendo esto de vacaciones. Y seguramente tienes sensaciones tanto de felicidad como de que te falta algo.
Ansiedad, tristeza, rabia.
Lo que aprendí leyendo el libro de Siddhartha es que todos somos uno. Todas las emociones, buenas y malas: están juntas. No podemos separarlas. Y se oyen todas a la vez, como el sonido del agua de un río.
Eso es la vida.
No voy a intentar quitar de mi cabeza lo “malo” para estar bien. Porque conviven juntos.
Así que voy a intentar seguir mis días de desconexión con todo lo bueno que me rodea y teniendo al lado todas los sentimientos que me atormentan estos últimos días. Sin juzgar tanto.
⭐ Anuncio la posible llegada de un nuevo podcast
Si me conoces de hace tiempo, habrás oído hablar de mi anterior podcast.
Un proyecto con el que disfrute como una niña, pero que dejé de lado al cambiar de rumbo con mi negocio.
Llevo pensando la idea de un podcast desde entonces.
Pero como algo sin “obligación” fuera de mi vida profesional. Quiero que sea un podcast personal con personas no tan conocidas que me cuenten cómo iteran en su vida o cómo se enfrentan a los cambios.
Porque ahí es donde sale el aprendizaje.
Cuando lleguemos a 1000 suscriptores en itera.mente, me pongo a organizarlo todo. Más que nada porque ahora tengo otras prioridades, pero me ayuda materializar las ideas para que luego se cumplan.
Ahora somos 600 y pico.
Nada más.
Disfruta del fin de semana, con todo lo bueno que tienes y con todo lo que consideras que es malo, pero que también forma parte de ti.
Un abrazo
Hacer el Newsletter de pago es un gran salto. Felicidades!
Espero estar ahí pronto.