Practica la desaceleración como herramienta de claridad mental - 3 pasos
¿Qué puedes hacer para reducir la velocidad de la vida? Hoy abordamos una práctica que me encanta y me ayuda mucho a resolver conflictos internos.
¡Hola! Aquí Marta Lavanda.
Estoy escribiendo un ensayo donde investigo, documento y reflexiono sobre temas que condicionan nuestras decisiones hacia una vida más plena, feliz y conectada con quien realmente somos.
Lo que estás a punto de leer es un tema del Capítulo 1: Reducir la velocidad para ver con claridad
El impacto de la instantaneidad y los estímulos constantes de dopamina (1/2)
👉🏻 Practica la desaceleración como herramienta de claridad mental
Cada semana comparto un tema con ejercicios y herramientas para aplicar en tu vida. Cuando termine todos los subtemas de este capítulo pasaré a los siguientes temas del:
Capítulo 2. Conectar con la naturaleza para ganar confianza en decisiones que nos importan
Seguiré compartiendo tema por tema hasta que finalice el libro o muera en el intento.
Espero que te inspire. ¡Gracias por colaborar leyendo! 🌱
Capítulo 1. Reducir la velocidad para ver con claridad
Si eres una persona que le da vueltas a las cosas, como aquí la menda, te habrás dado cuenta de la cantidad de pensamientos que se pueden pasar por la cabeza cuando estamos lidiando con un conflicto interno.
Mi sensación cuando estoy desconectada es que tengo la cabeza llena de ruido y no sé cómo ordenarla para dar el siguiente paso. Y me agobio.
Antes huía de mis pensamientos. Enfrentarme a lo que mi mente tenía preparado para descargar me daba mucho miedo. Siempre me ponía música en el coche o al caminar, comía/cenaba con la tele, me conectaba a las redes sociales… No podía quedarme quieta.
Hubo una época que nada más levantarme me encendía un podcast y desde primera hora de la mañana estaba “aprendiendo”. Aprovechando cada segundo - o eso era lo que me pensaba.
Yo creía que estaba solucionando ese conflicto investigando sobre el tema, leyendo libros, escuchando entrevistas… Pero la realidad es que la respuesta ya estaba dentro de mí.
Lo único que tenía que hacer era parar.
Escucharme.
Dejar espacio para sentir lo que mi cuerpo necesitaba decirme. Observar mis pensamientos y desechar todo aquello que no me estaba haciendo bien.
Porque sí: hay muchos pensamientos que no te representan ni eres tú. Y tienes que aprender a detectarlos.
Practicar la desaceleración como herramienta de claridad mental
Con los años he aprendido la importancia de la desaceleración. Sobre todo cuando me encuentro en estados muy ansiosos.
Porque es en esos espacios de claridad donde mi mente se calma abriéndome paso para que entre a ordenarla.
De nada sirve seguir llenando de información algo que está a punto de explotar.
La meditación o el mindfulness me ha ayudado mucho a tener conversaciones conmigo misma. Con la práctica de los años me siento capaz de generar esos espacios de claridad mental haciendo actividades de movimiento lento como escribir, pasear, dibujar o incluso conducir. Pero no es algo que se consiga rápido. Como todo, esto se hace con mucha práctica.
He aprendido a planificar y entender estos momentos cuando siento que lo necesito y me encantaría darte algunos consejos para que puedas crearlos tú también.
Este estado de claridad empieza en el momento que me digo a mí misma: Vale, Marta. Vamos a tener esa conversación que tanto necesitas.
Crea espacios de claridad en 3 pasos
Los espacios de claridad es abrir momentos para ti con el objetivo de conseguir un estado de calma que te ayude a ordenarte y equilibrar tu energía para poder tomar mejores decisiones.
Hay veces que tenemos tanto ruido en la cabeza que es imposible ordenar la información o enfrentarte al problema que lo causa. Por lo que intentas evadirte con algún tipo de distracción, normalmente con actividades dopaminérgicas como redes sociales, video juegos o alguna plataforma digital.
A corto plazo ese hábito te aleja del problema, pero tu cabeza va a seguir desordenada.
Tu cuerpo se dará cuenta de que hay algo que te tienes que mirar y si no le haces caso empezará a somatizar ese conflicto.
Colapsarás.
Ya sea por por un estado de neurosis o porque tu cuerpo empiece a gritar con síntomas de ansiedad, tristeza o incluso dolor (esto lo profundizaremos en el Capítulo 4. Conexión cuerpo-mente: Escuchar el cuerpo para tomar decisiones más conscientes)
Necesitas darle espacio a esos pensamientos.
Poner atención a tus emociones. Y, para mí, lo mejor es que planifiques esos momentos con los espacios de claridad que te voy a presentar.
Este espacio de tiempo es un momento de no hacer nada.
La posición que tienes que asumir durante este momento es la del observador.
El observador es un estado del yo (yo-como-contexto) que registra todo lo que sientes, piensas, haces, y percibes de los sentidos.
Hay veces que el observador puede incluso convertirse en un lugar psicológicamente seguro y desapegado desde donde observar las emociones y pensamientos que experimentas, sin que pueda dañarte.
Durante este proceso se produce lo que se llama defusión cognitiva, una técnica psicológica que se utiliza para tomar distancia de tus pensamientos, devolviéndote la libertad de actuar conforme a tus valores personales.
Pero como yo no soy psicóloga no voy a entrar ahí.
Solo te hablaré de mi propia experiencia para explicarte cómo ponerlo en práctica.
Cuando tengas consciencia desde dónde los estás observando, entra en acción. Ordena, reflexiona, separa y corta lo que no te haga falta. Es como si entraras en esa habitación desordenada y te pusieras a desechar todos lo que no aporta. Hasta quedar con aquellos pensamientos más incómodos: ahí te estarás acercando a lo que de verdad te está importando o frenando en la decisión.
Si te centras en escucharte y sentirte mientras pasas por todos esos pensamientos, va a ser más fácil que tomes una mejor decisión.
🙅🏻♀️ Práctica
Te voy a compartir cómo creo yo estos espacios de claridad y cómo me han funcionado cuando tengo la cabeza hecha un lío (que no son pocas veces).
Espero que te sirva tanto como a mí.
Lo primero que tienes que hacer es tranquilizarte. Sé que parece fácil decirlo y no es algo automático. Yo he estado muchas veces ahí.
Pero esto, como tantas cosas que has pasado en tu vida, también pasará. Lo vas a superar porque la vida solo quiere que aprendas de ello y sigas tu camino. SI te lo pone delante es porque vas a poder con ello.
Para crear estos espacios de claridad hay que hacer 3 cosas aparentemente sencillas:
Abrir espacio para soltar
Ordenar
Dar un paso hacia delante
1. Abrir espacio para soltar
Esta es la fase más difícil.
Yo lo veo como dejar espacio para que salga toda la mierda, básicamente.
Simplemente quedarte sentado o tumbado. O lo que tú prefieras.
Si puedes hacer esto en contacto con la naturaleza, mejor. Aunque sea en un parque o en el balcón de tu casa rodeado con algunas plantitas.
Deja espacio para que afloren tus pensamientos, sin juzgar y deja que se paseen por tu mente sin cuestionarlos. Posiciónate desde el observador sin identificarte con ellos.
Es como ver una obra de teatro.
Aunque parezca una tontería no dejamos espacio para esto. Siempre estamos resistiéndonos a que aparezcan porque nos dan miedo o nos sentimos muy incómodos. Pero tienen que salir.
Aprovecha este momento para conectar con tu cuerpo. ¿Hay alguna zona que se resiente cuando pasan estos pensamientos? ¿Te estás tensando?
Intenta mantener una respiración calmada. Puedes hacer una respiración cuadrad en 4 (4 segundos de inhalación, 4 segundos de exhalación) para mantener un estado de concentración.
2. Ordenar
Cuando tengas todo el escenario de tu obra llena de esos pensamientos, empieza a repasarlos uno a uno.
Hazte preguntas como: ¿Esto me sirve o no? ¿De dónde puede salir este pensamiento tan absurdo? ¿Tiene sentido con la situación que tengo?
Muchos de estos pensamientos son fruto de tu mente que no eres tú. Por lo que muchos de estos actores los vas a mandar a su casa.
Despedidos.
Quédate con los importantes. Con los que son coherentes para ti. Los que sientes que no están sobredimensionados. Normalmente, los válidos son aquellos que no se perciben tan grandes ni están gritando por el escenario.
Y ordénalos de la forma que quieras. Puedes guardarlos en una cajonera imaginaria, cajas, por habitaciones o por alguna estructura que conozcas. Puedes incluso usar el mismo escenario de teatro que están imaginando.
En esta fase a mí me gusta ponerme música instrumental (la primera fase debe ser en silencio).
Esta fase la puedes hacer en el mismo momento que estás en la fase 1 o puedes hacerlo en otro momento. Hay veces que yo la hago al rato sentada frente a un folio o con un mapa mental si creo que lo necesito.
3. Dar un paso hacia delante
Pasando por las fases anteriores ya tienes que haber sentido cierta calma.
La ansiedad o el malestar muchas veces es una llamada del cuerpo para que pongas atención en algo. Y dedicar un espacio a ello ya le estás diciendo al cuerpo que estás mirando, que has captado la señal.
Que reconoces ese estado y lo aceptas. Que no te resistes.
Lo que resiste, persiste
Y te relajarás un poco.
De la fase 2 tienes que haber sacado algo en claro. Un tema que parece más importante que todos los demás o una conclusión al respecto.
Hazle caso y da un paso. Igual no es la solución mágica que esperabas, pero ese paso abrirá otro paso y otro paso. Si vas repitiendo las primeras fases tomarás más claridad y orden.
Cuando entrenemos la conexión mente-cuerpo todo esto será más fácil porque algo dentro de ti te estará dando un camino a seguir o, por lo menos, un primer paso que sientas necesario. Y confiarás.
Puedes probar este ejercicio con algún conflicto pequeñito. Y poco a poco ir enfrentándote a otros problemas internos que aún están por resolver.
Igual llevas años con algo en la cabeza que siempre has estado evitando.
Es el momento de dejar espacio para ordenarlo.
Dar un paso hacia delante no significa que sea la decisión última ni la correcta. Date el permiso siempre de probar y volver atrás si así lo sientes. O sentarte de nuevo frente al escenario a observar tus pensamientos y cómo los manifiestas en el cuerpo. Hay temas que necesitan mucho tiempo de sanación. Igual toda una vida. Pero solo darles espacio para que salgan te ayudará mucho a tomar consciencia.
📌 Próximamente
Parece mentira, pero ya he terminado los temas del primer capítulo. Ahora toca empezar con los temas del Capítulo 2. Conectar con la naturaleza para ganar confianza en decisiones que nos importan
Es un capítulo que me hace mucha ilusión.
El primer tema que tengo planificado es: Los ciclos de la naturaleza como recordatorio de los cambios inevitables
Espero que los disfrutes tanto como yo.
¿Tienes algún otro ritual para mejorar tu claridad mental y tomar mejores decisiones? Compártelo para que podamos aprender.
👇🏻👇🏻