7 cambios en mi vida que me han permitido ser más feliz (o por lo menos vivir más tranquila)
En el 2019 empecé a caminar por una senda fuera del camino convencional llena de plantas y barro. Hoy es una hermosa ruta que me lleva hacia la vida que quiero.
Con el paso del tiempo voy cogiendo perspectiva.
En los últimos meses he visto muchos cambios en mí. Cambios que empezaron hace mucho tiempo, pero que eran imposibles de saber que estaban germinado.
Hoy soy muy consiente de algunos de ellos que han cambiado mi vida para bien.
Y que sigo fomentando para que no paren nunca de hacerme ver y sentir la felicidad.
Me gustaría compartirlos contigo mientras reflexiono sobre ellos.
1. Ser buena persona
Cuando reconoces al ego es más fácil porque no te pones a ti en el centro de las discusiones o problemas.
Creo que cuando estamos desconectados de nosotros mismos estamos llenos de odio, envidia, ansias, prisas.
Y con esas sensaciones es más fácil pensar solo en uno mismo. Lo que se traduce en no pensar en los demás.
Ser buena persona es posiblemente el atributo principal que busco en alguien que quiero tener a mi lado.
Una buena persona se preocupa por los demás. Está atento de si necesitas algo. Te acompaña aunque no le apetezca. Y no juzga, solo acepta y entiende.
Reflexiona antes si realmente sus intereses individuales están por encima. Y no demuestra a nadie que es mejor que el resto.
Simplemente está en su ser.
Y su naturaleza es dar solo por el simple hecho de querer ayudar porque sabe que la vida somos todos.
2. Cuidar mis relaciones
Familiares y amistades.
Ya hablé sobre esto en el post de “Tener amigos está en peligro de extinción.”
La gente cada vez se siente más sola. La sociedad está evolucionando hacia relaciones muy superficiales y poco profundas por la falta de conexión real
Nada tiene que ver una conversación por whatsapp que una cara a cara. No se siente lo mismo y no se transmite lo mismo.
Cuidar las relaciones es estar pendiente de si un amigo está pasando por un mal momento.
Y estar ahí a pesar de que se encuentre en un estado negativo. Hay gente que esto lo considera “relación tóxica”. Yo creo que si es alguien a quien quieres, deberías estar ahí para acompañarle a conectar otra vez y cambiar la oscuridad por luz.
Por eso no comparto lo de “aléjate de la gente tóxica" que se predica en la psicología barata.
Sí y no. Me parece un poco egoísta.
Porque seguramente tú también caigas en esos bucles negativos más de una vez en tu vida.
Cuidar las relaciones sin esperar nada a cambio hace que, a lo largo del tiempo, te sientas agradecido de toda la gente que te ama.
3. Ganar dinero y gestionar mis finanzas
El dinero es un medio.
En este mundo capitalista serías muy ignorante si no le das la importancia que se merece al dinero
La educación financiera en España es lamentable.
Nadie nos enseña a gestionar nuestro dinero. Y, por lo tanto, la mayoría de las personas no saben cómo aumentar sus ingresos o administrar mejor su futuro.
Confían en un “Estado” que dice que no les va a faltar de nada. Pero esto es otro tema.
Desde que empecé a emprender me tocó aprender de finanzas (a la fuerza).
Los primeros años era pobre como una rata y vivía a cuentagotas. Ser freelance digital no es tan idílico como cuentan por ahí.
Pero con el tiempo me he dado cuenta de que soy la única responsable de mi economía o independencia económica.
Y eso es libertad.
Porque gracias a las decisiones que tomo en mis finanzas puedo tener la vida que tengo. Y puedo tener la calidad de vida que quiero.
Porque el dinero para mí es una herramienta de intercambio.
Hablé sobre esto en el post de “Vamos a hablar de dinero, pasta, guita, euros y todo eso que se esconde por detrás”.
4. Vivir según mis ciclos de energía
Esto es uno de los GRANDES aprendizajes de mi vida.
Antes no era consciente de que mi energía cambia mucho durante el año. O durante el mes. O incluso durante 1 día.
Sentirse a tope y, acto seguido, en la mierda no tiene mucho sentido cuando no entiendes esto. Pero cuando vas poniendo atención a cómo funciona tu cuerpo todo empieza a encajar.
En invierno soy una workaholic. Puedo levantarme a las 5am a trabajar y estar todo el día con el ordenador. Creo que mi energía aquí es muy masculina.
Pero llega el calor y mis tiempos cambian por completo. Me dejo más llevar por los ritmos de la naturaleza. Duermo como un puto oso. Y mi energía está más conectada con mi parte femenina.
Poder adaptar (y aceptar) mi rutina profesional y personal a estos ciclos lo cambió todo
Ya no me siento culpable por “no ser productiva” o por “estar siempre cansada”. Porque me acepto en el estado en el que estoy y me adapto a ello.
5. Para el cronómetro
El tiempo.
El gran tema que me obsesiona a veces.
Justo ayer estuve charlando con un físico. Le pregunté qué opinión tenía al respecto. Su respuesta fue bastante sencilla: el tiempo es absoluto.
Yo le pregunté por la percepción del tiempo, pero eso ya no era física y se acabó la conversación.
He vivido mucho con prisa. Impaciente por hacer cosas. No quería perder tiempo.
Me obsesioné por aprovechar cada minuto dejando de hacer cosas que “no eran importantes”.
Me equivoqué: la vida no tiene prisa.
Hablé sobre ello en el último post.
Creo que la cantidad de estímulos instantáneos que recibimos hacen que nos veamos lo minúsculo que pasa a nuestro lado.
Por eso, veo necesario que todos nos quitemos el cronómetro que nos han puesto encima y empecemos a ajustar de verdad nuestro reloj biológico.
6. Coger el control de mi vida
Ser emprendedora significa tener el control absoluto de tu vida. Te conviertes en la responsable directa de todas las decisiones que tomes.
Cuando digo que trabajo en remoto desde hace 5 años y que me organizo yo las jornadas de trabajo o rutinas, me miran con cara de “hostia qué guapo”.
Pero no es tan idílico como parece.
Gestionarse a una misma es muy difícil. Mucho más difícil de que lo hagan otros por ti.
Al principio era muy complicado desconectar o sacar de mi cabeza temas relacionados con el trabajo, dinero, tiempo, rutinas… Pero vas aprendiendo.*
*Si estás. ahí, tranqui: pasará.
Tener claro que todo lo que hago (organización de rutinas, gestión de tiempo, formación, elección de proyectos…) es porque lo elijo yo me hace ser:
Más responsable.
Más consciente.
Más libre.
Cuando cogí las riendas de mi vida en el 2019 me di cuenta que había vivido en automático hasta el momento: mis opiniones, la carrera, el trabajo…
Todo lo que he pasado no ha sido fácil, pero merece la pena a lo grande.
7. Dejar de ver la televisión y quedarme fuera de las redes sociales
No quiero que nadie elija por mí la información que entra en mi cabeza. Creo que es peligroso.
Somos propensos a que el resto nos influencie. Y cuando es la sociedad entera más aún.
El covid para mí sirvió como un experimento social que seguro se estudiará en las clases de sociología o antropología del futuro.
Si consumes lo que todos consumen, no vas poder crear tu propio pensamiento crítico. Y tu capacidad por descubrir nuevas ideas o teorías nunca saldrán a la luz
Lo de no ver la televisión es algo normal que mucha gente hace ya. Está bastante claro que los medios tradicionales sufren una crisis que no sé si aguantarán muchos años más.
Pero el tema de las redes sociales es aún demasiado joven para que se vean las consecuencias.
Creo que sí se puede disfrutar de las redes sociales, pero hay que estar muy conectado con uno mismo para no dejarse arrastrar por el ego o por los mensajes de insuficiencia que inundan estos medios.
Dejar de depender de estas fuentes me ha hecho ganar una claridad brutal sobre mi entorno. He ganado atención y disminuido ansiedad.
Me puedo emocionar con algo muy pequeño y entretenerme con un movimiento lento. Algo que ya escasea entre nosotros.
No creo que haya un solo camino correcto.
Creo que hay infinitos de caminos correctos.
Quiero pensar que no tenemos una oportunidad en la vida, sino miles
Y que podemos ser felices con muchas vidas diferentes. La única putada es que solo tenemos una.
Así que cuanto antes empecemos a cuidarla mejor. No dura mucho.
Puede que exista la presión de coger el mejor camino de todos. La mejor pareja de todas. El mejor trabajo de todos.
Y puede que siempre quede el pensamiento de “¿debería haber elegido el otro camino?”.
Pero no hay solución para eso más que la paz y la aceptación de saber que has elegido bien. Sino se convierte en un agujero de insatisfacción personal constante.
Y para que eso no pase tienes que confiar en ti.
Me ha encantado (y había que decirlo). Inquietudes que a todos nos afectan.
Un placer leerte.
Me ha encantado tu post Marta, gracias por escribirlo y compartirlo.
Lo de ser buena persona es algo que siempre me repetía mi abuela, gran sabia a la que extraño mucho.
También me siento identificado con algunos puntos como educación en finanzas, saber gestionar tu energía y lo que cuesta tomar el control de tu vida.
Pero sobre y por encima de todo, me identifico con esa parte de pensar por uno mismo (el pensamiento crítico, vamos) y de ahí me parece que salen muchas de tus reflexiones.
La guindilla al post, tu foto con una sonrisa se oreja a oreja demostrando que lo que comentas en realidad te hace más feliz.
De nuevo, me encanto el post, gracias por escribirlo y para imprimirlo y leerlo todos los días