Todo el mundo se quiere subir en el último tren de alta velocidad cuando lo que necesitan es estirar las piernas y ponerse a caminar.
No sé qué años rondas tú, pero yo con 32 ya soy muy consciente de que la vida se pasa volando. Dentro de unos años tú y yo estaremos bajo tierra. Todo lo que tienes ahora no importará nada. Quizá dejes un legado, pero a no ser que hayas revolucionado el mundo, dentro de un par de generaciones nadie se acordará de ti.
Ni Dios.
Es triste, pero también quita un poco de presión.
¿Qué haces teniendo tanta prisa? ¿Por qué quieres ir rápido? ¿Te están persiguiendo? ¿A quién le tienes que demostrar?
En serio, dime. Tengo curiosidad.
Llevo desconectada de las redes sociales 3 años. No veo la tele desde hace 6. Me importa bastante poco todo los temas triviales que solo intentan rellenar los espacios vacíos que no nos atrevemos a explorar.
No veas la pereza que me da pasarme un momento por Lilnkedin y leer lo guay que aparentan algunas personas. Es que a veces me da hasta vergüenza ajena.
¿Y lo de Substack? Bueno, por aquí también se ve mucha tontería.
Y cuanto más tiempo pasas fuera de este circo, más te das cuenta de las gilipolleces que nos hemos inventado para olvidarnos de vivir
Cada vez selecciono mejor la información que consumo y las personas que entran por mis sentidos.
¿Quieres hacerme sentir insuficiente? - No gracias.
Esta red social, por ejemplo, me encanta. He descubierto a personas maravillosas que su único amor es compartir todo lo que llevan dentro para seguir mejorando iterando.
Pero últimamente, viendo cómo se están poniendo las cosas por aquí, no paro de mutear a todas aquellas cuentas que no me aportan nada. Me aburre que todo el mundo haga lo mismo.
Como este tipo de cosas que compartió
.Entonces.
Si no pierdo el tiempo en un scroll infinito de vídeos sin sentido ni me paso 2h comentando post solo para que me comenten a mí, ¿qué hago entonces?
Pues intento vivir, que ya es.
Aprovechar el tiempo con el entorno que me rodea y las personas que quiero. Me lo paso bien con todo lo que la Vida me da. Y reflexiono sobre temas que me interesan.
🌱 Sé perfectamente dónde están saliendo los corros de setas en el bosque para ir dentro de unos días a recogerlas.
🌱 Estoy acompañando la caída de las hojas del chopo que veo en frente de casa.
🌱 Saludo a los pájaros que están cruzando el valle camino a África.
¿Te parece absurdo? ¿Sin ninguna utilidad?
Bien. Reflexiona sobre ello.
Aquí me doy cuenta de que todos los procesos naturales que pasan delante de mis ojos van tranquilos.
Las setas, el chopo o los pájaros siguen su ciclo natural para que todas las condiciones que necesitan encajen. No les he preguntado, pero seguro que están tranquilos. En paz. Su cometido en la vida funciona, está en marcha.
Pero después de comerme el atardecer a 2000m rodeada de prados verdes con vacas y caballos, abro el móvil un momento y bajo a la realidad (de otros, porque la mía no es).
Y me encuentro con una barbaridad de mensajes que me perturban y me asustan al mismo tiempo.
Productividad, hacks, sistemas, métodos infalibles… Tienes que prepararte para cumplir tus objetivos antes de que acabe el año o serás un miserable. Un fracaso. Nunca conseguirás la vida que quieres.
Al final el vaso acaba colmando
Llenamos nuestra agenda de planes, rutinas, hábitos, sistemas… La petamos tanto que casi no tienes tiempo de ir a cagar tranquila. Y si no cumples con tu horario de colores te sientes mal. Porque claro, en redes todo el mundo cumple sus objetivos.
Yo he pasado por ahí, por eso lo ridiculizo
Pero espera un momento.
¿Con qué fin quieres llenar tu día de producción? ¿Por qué huyes de no hacer nada y dedicarte a vivir el momento? ¿Te has esperado alguna vez a ver qué te pone la Vida delante?
¿Qué te hace pensar que teniendo una agenda superorganizada vas a conseguir antes lo que quieres? Es posible que ni siquiera sepas lo que quieres de verdad.
Lo que quieres TÚ (y no los demás), me refiero.
Creo que falta más conexión con nosotros mismos, con la naturaleza, con nuestra intuición, con nuestro Ser (en el gran sentido de esa palabra), con nuestro cuerpo, con nuestras emociones… para poder, después y solo después, organizar tu vida en base a ello.
Hay tantas áreas de nosotros mismos que estoy descubriendo… que siento unas ganas muy fuertes de contarte y compartir contigo todo esta magia.
Lo intento organizar en mi cabeza, pero me está llevando un tiempo. Compartiré por aquí todo lo que vaya avanzando.
Llevo en el mundo emprendedor casi 6 años
Y sigo viendo lo mismo del principio, pero con otros ojos.
He pasado por mucho momentos difíciles intentando siempre ser mejor con mi persona y con mi trabajo. He aprendido mucho, pero sin duda ahora sé que muchas cosas que hice no tienen sentido.
Veo en redes todo lo que comparte la gente animando a que te exijas hasta que rompas. Y se me cae el corazón al suelo.
Es posible emprender en un proyecto desde la paz y la tranquilidad. Importándote una mierda lo que opinen o te digan los de fuera.
Porque la Vida es tuya, joder. Grábate esto a fuego. Nadie de los que te aplauden ahora en internet van a estar contigo en 40 años.
La conexión tiene que ser contigo, de dentro afuera. Desde el vínculo más poderoso que tienes con tu Ser. Con quien eres de verdad.
Cultivar habilidades tan importantes como la creatividad, comunicación, consciencia del cuerpo, identificación de emociones… es lo que realmente se debería compartir.
¿Cómo vas a desarrollar un nuevo proyecto si no tienes espacios seguros contigo para explorarlo? Sin miedos. Sin juzgarte. Sin dejarte influenciar por opiniones externas.
¿Cómo vas a conseguir buenas relaciones si no conoces lo que te hace vibrar?
¿Cómo vas a saber cómo puedes iterar una idea si no sabes escuchar tu intuición?
No sé si lo que estoy escribiendo tiene algún sentido para ti. La verdad es que solo me estoy dejando llevar. Escribo y escribo para liberar mis pensamientos.
Pero siento una fuerza muy grande de intentar compartir contigo todo esto
Ojalá te inspire en cualquier cosa que ames.
Un abrazo
Yo soy de Valencia.
Eso significa que no había cogido un boletus en mi vida. Como mucho me iba a Teruel con mi madre a ver si teníamos la suerte de pillar algún rebollón.
Y aquí me estoy hinchando a recolectar.
Quería compartir la sensación de ir a buscar setas.
No sé si lo has hecho alguna vez o es algo habitual de la zona de donde eres, pero para mi esta actividad ha sido un auténtico descubrimiento.
Solo con salir al bosque ya se experimenta un beneficio de calma brutal.
Pero el hecho de activar ese instinto recolector que llevamos dentro es inexplicable. Es como si mi cuerpo-mente lo añorase tanto que me hace sentir bien para que me dé cuenta de que tengo que hacerlo más.
Pueden pasar horas recorriendo los bosques más frondosos donde nadie llega solo con el fin de encontrar el mejor manjar. La recompensa es muy gratificante, tanto la emocional al comerlos como la recompensa mental.
Es una sensación que hace que te olvides de todo y te centres en el momento presente.
Esto me da aún más razones para apoyar toda mi tesis sobre la desconexión con la naturaleza. Tanto la nuestra propia como la del hermoso mundo que nos rodea.
¿Tienes alguna sensación parecida con otra actividad? Te leo. :)
Hola Marta,
Bueno, hace 8 años estuve viviendo en un pequeño pueblo de clima templado. Tenía toda la intención del mundo de quedarme allí viviendo, pero la situación política y económica en mi país (Venezuela) me hizo salir de la que era mi burbuja de paz porque allí ya se estaban agotando las opciones para hacer dinero.
Desde entonces he seguido rodando y rodando de una ciudad a otra tratando de acoplarme y volver a sentir esa paz, sin éxito.
Hoy puedo decirte que sigo estancada y limitada. Tengo un hijo de 7 años y es mi reloj. El tiempo pasa y yo siento que debo apresurarme a hacer algo que cambie mi rumbo y me lleve de nuevo a ese puerto de tranquilidad.
No busco riquezas ni fama y soy feliz si no me entero de lo que sucede en el mundo, porque quiero ir al ritmo de lo único que me ha brindado paz: la naturaleza.
Cada vez es mayor el deseo de desconectarme del ritmo que tengo ahorita siendo una asalariada y llevar el ritmo suave y equilibrado de la naturaleza, pero debo confesar que me siento estancada. Si bien el dinero no lo es todo, pero hasta para lograr volver a tener paz necesito encontrar la manera de monetizar y liberarme al fin de mi esclavitud.
Por alusiones… 😉
Lo que me preocupa mucho es que vayamos perdiendo poco a poco el sentido de la ociosidad, de la atención a las cosas «no importantes», y nos centremos únicamente en crecer, ganar, aumentar, explotar…
Hay cosas en la vida (muchas, en verdad) que solo deberían hacerse por el mero placer de llevarlas a cabo: desde escribir aquí una newsletter hasta pasear por el bosque. No todo tiene por qué tener una intención, un objetivo, y mucho menos uno económico o profesional.
Si perdemos esa conexión con la propia vida, con nuestra libertad de ser, creo que lo perdemos todo.