Solo soy una pobre freelance
Tú puedes trabajar porque es tu pasión. Yo trabajo para poder dejar de hacerlo antes de los 45 años.
Emprender es la hostia.
Hay días que me siento la puta ama por haber decidido, hace unos 5 años, empezar esta carrera maratón del emprendimiento.
Pero otros días me pregunto cómo sería mi vida si no lo hubiera hecho.
Si hubiera seguido en un trabajo estable, cómodo y con esa única realidad ante mis ojos.
Seguramente un sueldo de 30K sería suficiente para ser feliz en la vida. Trabajaría hasta la 18h y luego me iría a jugar a pádel.
Ya tendría una hipoteca para toda la vida, habría encontrado una pareja que me invita a cenar y puede hasta que estuviera embarazada.
No tendría que preocuparme por saber si cobro o no dentro de 3 meses. O si el proyecto al que he dicho que sí me va a comer por dentro a las 3 semanas.
Ni me cuestionaría cada puta área de mi vida.
Pero no.
Aquí estamos. Escribiendo esta newsletter en lugar de estar haciendo una ruta de domingueros de 2km y almorzar un bocadillo de chóped barato.
¿Es esto una opción sin retorno?
A veces me pregunto cómo la gente no se da cuenta de que pueden mejorar sus vidas. No entiendo cómo no se plantean un cambio de trabajo, de pareja, de casa, de ciudad. De lo que sea.
Los ves y están estables. En la misma línea recta que hace unos cuantos años.
¿De verdad han alcanzado su propósito en la vida? ¿Sienten paz? ¿Son felices? Qué puta envidia.
Igual soy yo la que está loca.
Parece que esto de empezar a buscarse la vida es una puerta que una vez la abres ya no puedes regresar. Y me encantaría volver de vez en cuando.
¿Sería más feliz sabiendo menos? ¿O el nivel de felicidad al que podría llegar sería más bajo que con lo que sé ahora?
No sé por qué me estoy planteando este tipo de preguntas un puto sábado.

Solo soy una pobre freelance
Cuando le cuento a la gente la vida que me he montado, flipan.
Me miran con ojos de admiración. Y a mí se me cae la cara de vergüenza porque, desgraciadamente, muchas veces se me olvida admirarme a mí misma.
A veces me da miedo decir que sigo buscando mi felicidad y que ni de coña la he alcanzado.
Que no estoy satisfecha facturando lo que facturo. Y quiero más.
Y que eso de trabajar en casa se te puede ir de las manos y joderte bien. Que parece que sea libre, pero me siento más atada que nunca.
Oigo frases como:
“No te puedes quejar”
“Joder qué suerte tienes”
”¿Para qué quieres más?
Y me jode mucho. Mucho.
Si lo material fuera lo importante, podría ser el Dios que se imaginan. Pero la realidad es que solo soy una pobre freelance.
Que ni siquiera puede cogerse ahora una semana libre para irse de viaje porque tiene que trabajar más que nunca.
No aprendo.
Yo no vivo para trabajar
La vida que quiero no existe.
Porque seguramente la vida que tengo ahora es la que quería hace 2 años. Y la que tenía hace 2 años la que quería hace 5.
Así que no tengo claro cómo será la vida que quiero dentro de mucho. Bueno, un poco sí. Pero sí tengo claro la vida que NO quiero.
Desde hace un par de años he sentido una cierta madurez a nivel profesional.
Me cuesta agobiarme o estresarme con clientes. Separo muy bien vida profesional-personal y pongo por delante mis intereses personales. Siempre.
En resumidas cuentas: me importa todo bastante poco.
Solo me importa mi salud, mi familia, mis amigos, mis planes para mí y mis metas personales. Todo aquello que me da felicidad real.
Y lo que hago a nivel profesional es para conseguir esto.
El mensaje de que trabajar tiene que ser tu pasión es una puta mierda. Lo siento, pero yo si trabajo ahora como una mula es porque tengo un plan financiero para no hacerlo dentro de poco.
Antes de los 45 años (siendo conservadora).
Cuando lo consiga ya no trabajaré. Viviré divirtiéndome.
No me creo que trabajes por amor al arte
Mira.
Estoy de acuerdo de que si tienes un trabajo de mierda quieras cambiarlo. Y si emprender es el camino que has descubierto para pasártelo bien mientras ganas dinero pues de puta madre.
Pero no me vendas que lo harías sin cobrar porque es tu pasión.
No me lo creo. Y tú tampoco te lo crees.
Yo pensé así unos cuantos años y se me llenaba la boca afirmando esto mientras no me podía comprar atún en aceite de oliva porque estaba pobre como una rata.
Este cambio de mentalidad fue el que me permitió empezar a coger proyectos que no me iban a ayudar a alimentar mi ego, pero que me pagaban más. Mucho más.
Ahora mismo facturo al mes mucho más que nunca por el hecho de haber entendido que el trabajo es trabajo. Y que solo es una herramienta para que consiga otras cosas mucho más importantes.
Esto da cierta paz. Y también inteligencia.
Los meses de creación están llegando.
Todos los años, a estas alturas,, empieza a despertar en mí unas ganas locas de crear. Mi inspiración se viene arriba.
Después de unos meses de curro intenso, empiezo a dejar espacio a otros proyectos más creativos. Y en verano me dedico 100% a ello. Me doy el espacio para moverme en ese estado. Y me siento más viva que nunca.
Noto que se acerca y me pongo feliz. Tengo algunas ideas, ya te contaré.
Un abrazo
Buen finde 🌼
Tenemos un amigo que ganó mucho en Bitcoin y se "jubiló" a los 30 años. Durante un año estuvo sin hacer "nada" a nivel laboral, solo disfrutando, yendo al gimnasio, viajando... Pero acabó cansandose de esa vida. Necesitaba crear algo, llevar proyectos, dedicar su energía a algo. Acabó haciendo asesorías de temas que le interesaban y cogiendo solo proyectos con los que resonaba. Yo creo que todos tenemos el afán de trabajar en algo que nos llene y que emplee nuestros dones y talentos, pero sin el agobio de tener que ganarnos la vida. Cuando sientes que lo que haces te llena, también necesitas menos dinero porque eso que haces también te satisface, no necesitas las vacaciones para desconectar de tu trabajo. Todo esto es en un mundo ideal y hay muchos grados y matices, está claro, pero nosotros resonamos mucho con esa idea. Todos tenemos habilidades especiales y a todos nos hace felices emplearlas y contribuir con ellas a crear un mundo mejor. Si eso está alineado con el trabajo remunerado, maravilloso. No necesitas jubilarte porque tu trabajo es satisfactorio en sí mismo.
Nunca he visto la incompatibilidad entre ganar dinero y hacer lo que te gusta. Recuerdo que en una entrevista a la gran Concha Piquer le preguntaron sin cantaría gratis. Ella contestó que cantar es lo mejor que tenía en la vida, o algo así, pero añadió: "si no gano dinero, no me divierto".
A mí me gusta la pasta. Me gusta comer bien, viajar, etc. Pero lo de emprender, en el fondo, no lo hago por dinero. Lo hago por el reto. El desafío de construir algo yo, con mis manos.
Yo no quiero jubilarme nunca. No quiero desear que pasen X años para retirarme, porque eso significa que estoy puteado ahora. Yo quiero disfrutar de este momento. Y de mañana. Y de pasado mañana.
Yo para lo de los 45 ya voy tarde, ya que a pesar de que aparento 25, ya tengo 42 castañas.
Gracias por compartir tu filosofía, Marta.